Estacio fue muy admirado en la Edad Media, y aparece en el Purgatorio, en la Divina Comedia, donde su espíritu, al encontrar al de Virgilio, le relata cómo se convirtió al cristianismo a raíz de la lectura de unos versos del poeta mantuano.El poeta latino Publio Papinio Estacio (Nápoles, h. 45-h. 96 d.C.) se trasladó en su juventud a Roma, donde recitó sus composiciones ante nutridas audiencias y ganó un certamen presidido por el emperador Domiciano, a quien prodigó los encomios, como a otros miembros de la alta sociedad. Era, pues, un poeta profesional, no un rico aficionado. A lo largo de doce años compuso la epopeya Tebaida (sobre el enfrentamiento entre los hijos de Edipo, Eteocles y Polinices), cuyos doce libros se han conservado, y de las Silvas. Pasó sus últimos años en su Nápoles natal.Las Silvas son la colección de poemas de Estacio, por lo general breves, repartidos en cinco libros, dedicados a sus patrocinadores, entre los cuales figuraba Domiciano; ello le ha costado algunas acusaciones de servilismo, si bien el poeta sostiene que su relación con los destinatarios era de amistad respetuosa. Estacio contaba con estos ciudadanos privilegiados de la sociedad romana para obtener apoyo y ánimos, por lo que no introdujo nada impropio ni vulgar en estas brillantes y adornadas Silvas. Sin duda son una selección de una gran número de piezas ocasionales: los temas surgen de la vida de sus protectores y de la del poeta, y a pesar del carácter obsequioso de muchos de ellos, algunos son sinceros y emocionantes. Fue el enorme talento de Estacio lo que le permitió crear, a partir de materiales discretos, algunas de las grandes piezas de la poesía latina.

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