Paradoxógrafos griegos. Rarezas y maravillas

La paradoxografía, nacida con las conquistas de Alejandro, satisfizo el deseo del público de acceder a seres y lugares maravillosos en una época de fascinación que sólo se repetiría dieciocho siglos después, con el descubrimiento de América.La paradoxografía, el relato de hechos y fenómenos maravillosos, se constituyó como género literario al inicio del período helenístico, con las conquistas de Alejandro, que abrieron a la imaginación griega territorios inmensos e ignotos y produjeron una cantidad de noticias insólitas. El público heleno estaba deseoso de informarse acerca del nuevo mundo natural y de los pueblos que lo habitaban; este afán se satisfizo con relatos de viajeros, a la sombra del mítico conquistador, que a una observación a menudo desconcertada añadieron grandes dosis de fantasía y especulación mitológica. Se formó así el género paradoxográfico, en el que se suceden los prodigios y las extravagancias sin contexto ni explicaciones, relatados del modo más escueto, según el planteamiento misceláneo y el tono anticuario característicos de la época. El interés por lo maravilloso se benefició de una época convulsa en lo espiritual y lo religioso, cuando la religión tradicional cedía su puesto a la superstición y a las corrientes religiosas y mágicas orientales.Este volumen reúne los textos de los más interesantes paradoxófragos –Antígono, Apolonio, Nicolao, Flegón de Trales...– y completa una rica visión del género con una buena introducción general y unos índices de sitios y personas reales y de pueblos y lugares maravillosos.

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