Tratados. Comentarios

Arquímedes fue, además de uno de los más brillantes matemáticos de la Antigüedad y de todos los tiempos, astrónomo, físico, ingeniero e inventor. En dos volúmenes reunimos la primera traducción directa del griego al castellano de sus obras conservadas.De Arquímedes sabemos con certeza que era natural de Siracusa y que murió en el 212 a.C., durante la Segunda Guerra Púnica. A lo largo de los siglos su fama se ha fundado en el ameno relato de Plutarco que resalta su capacidad inventiva plasmándola en anécdotas y frases célebres como el "Heúreka" o el "Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo". Pero Arquímedes fue, antes que ingeniero o inventor –y eso que construyó importantes artilugios para sistemas de irrigación, máquinas para mover grandes pesos y bélicas–, uno de los más brillantes matemáticos de la Antigüedad, entre cuyos hallazgos fundamentales se cuentan la medida del círculo y la de la superficie y el volumen de la esfera, descubrimiento considerado por su autor tan valioso que pidió que el resultado final figurara como epitafio de su tumba. Casi un milenio después, Eutocio –perteneciente al círculo de Antemio de Trales, uno de los arquitectos de Santa Sofía– consideró necesario acompañar las obras de Arquímedes con un comentario pormenorizado. En él recogió, entre otras cosas, las soluciones antiguas al problema de la duplicación del cubo y la resolución, debida probablemente al propio Arquímedes, de cierto tipo de ecuación de tercer grado. Este volumen recoge la primera traducción directa del griego al español de los tratados arquimedeos "Sobre la esfera y el cilindro", la "Medida del círculo" y "Sobre conoides y esferoides" junto con una selección de los "Comentarios" de Eutocio.

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